Aumenta drásticamente el dióxido de carbono. La presencia de lombrices indicaba tierra fértil. Sin embargo, los cambios en la población de lombrices –y el descubrimiento de que las lombrices de tierra no-nativas han aumentado significativamente la liberación de bióxido de carbono hacia la atmósfera–, hacen que la respuesta sea todavía más incierta.